Hoy os traigo una boda en Madrid.

 

Hace unas semanas tocó Girona, donde Alba, te daba sus proveedores. Y si celebras tu boda en Madrid este es el post que buscabas.

 

Cuando puse en redes sociales, que me gustaría compartir vuestra historia, ellos fueron de los primeros en responder.  Quisieron compartir su boda en Madrid contigo.

 

Su boda me gusta por muchos motivos. Pero los resumo en solo dos:

  • La gran carga emocional de la fecha en la que se dieron el “Si, quiero”
  • Que desde el primer momento, ese día fuese incluso mejor, de lo que habían soñado.

 

Nos casamos un 16 de septiembre, la misma fecha en la que se habían casado mis abuelos muchos años antes. Nuestra boda fue muy personal desde el primero hasta el último detalle, queríamos que llevase nuestro nombre, nuestra esencia, nuestra marca.

 

Después de más de un años de preparativos llega el día y en contra de lo que esperábamos, estuvimos tranquilos y disfrutando de cada segundo. Me peinaron y maquillaron en casa, con mucho mimo y cariño Elena Deleyto sacó lo mejor de mí en un día único, mi ramo también llegó esa mañana, un ramo que estaba diseñado en mi mente y que Yolanda Burgos Arte Floral supo leer y hacer realidad.

 

Antes de salir hacia la Iglesia, llegó a casa el equipo de Mad Media para hacer fotos de cada detalle y que donde no pudiese llegar mi memoria, llegase su cámara.

 

Al llegar a la Iglesia se cumplió uno de mis deseos para ese día, todo el mundo me esperaba dentro y pude hacer ese camino con mi padre, solos y agarrándonos muy fuerte. La ceremonia fue como yo había soñado, personal, íntima y con momentos para el recuerdo de quienes no pudieron estar ese día.

 

Después de la lluvia de arroz, de dar mil besos y de ver a todos los que ese día nos acompañaban, nos marchamos con los chicos de Mad Media a hacer las fotos a un rincón único de Madrid, que es, el parque de El Capricho. Fue nuestro rato íntimo, nuestro único rato solos y lo disfrutamos entre risas y poses.

 

Boda en Madrid

 

Al llegar a la finca La Posta Real, donde se hacía la celebración, todos nos esperaban para empezar un coctel al aire libre antes de cenar. Fue el momento de hablar con calma con todo el mundo, de seguir besando y abrazando a familiares y amigos.

 

La cena fue espectacular, no comimos mucho pero saber que a nuestros invitados les estaba gustando nos servía. Tras la cena, llegó el momento de los regalos y las sorpresas, de las emociones, de los recuerdos y las lagrimas de emoción.

 

A nuestros invitados quisimos regalarles algo útil y rico, algo que consumiesen acordándose de nosotros, de nuestro dulce momento. No pudimos elegir mejor, Deliciosso y Trini nos ofrecieron el mejor servicio. Un producto de calidad, hecho con cariño y decorado de forma personal, que te identifique. Les entregamos mermeladas de tres sabores diferentes y a los niños les dimos unos preciosos paquetes de chocolates artesanales. No pudimos evitar pedir más de la cuenta para disfrutarlos nosotros tras la luna de miel.

 

 

Para cerrar la noche, mi ya marido y yo abrimos el baile con una canción de Sabina, con ritmo de vals y animamos a nuestros invitados a sumarse a nosotros y empezar la fiesta. Pasamos horas bailando y cantando, celebrando y disfrutando. Acabamos afónicos y agotados, pero felices.

 

En los preparativos, la búsqueda de los proveedores suele ser lo más delicado. Gracias, Ana, por compartir los tuyos. A todas aquellas parejas, que celebran su boda en Madrid, les ayudará mucho.

 

He quedado fascinada con el parque donde se hicieron el reportaje. Sin duda, Madrid, es una ciudad preciosa.

 

Gracias por confiar en mis productos. Espero de todo corazón, que el agotamiento y la afonía por la felicidad de ese día, lo viváis muchos dias más

 

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